
Y todo ello por dejar a sus "señorías" sin permiso para que introdujeran botellas de agua, por la excusa de que se pudiera romper el sistema de votación y micrófonos.
A lo que hemos llegado en política madrileña, que se tenga que suspender una sesión por falta de agua. Si para otros asuntos fueran igual de diligentes quizás la cosa iria mejor.
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